martes, 14 de agosto de 2018

Dime, ámame

Dime, ámame 
que me estás deseando 
que con todo el corazón 
imaginas mi cuerpo 
mis besos guardas 
en tu oración a Dios 
que son versos 
los que imaginas 
por las noches 
pensando si yo estaré sola,

pura con mi almohada 
si estoy desnuda 
entre mis sábanas 
que me acarician 
en tu ausencia 
sintiéndome húmeda, 
con las piernas abiertas 
que iluminan 
el resplandor de la Luna
en mi habitación oscura 
mientras en las estrellas 
dibujas para mí 
un corazón,

siento que navegas por mi piel 
que el tacto de tus manos 
toca lo que nadie ve 
mis senos se vuelven firmes 
mi pecho está en tu sed 
en la que se ahoga tu respiración 
sintiendo el tacto de mi piel, 
siento que me vuelves tuya 
que tus labios me surcan 
me envuelven y me arrullan 
que no tengo nada que temer,
 
en esta oscuridad 
que no es de penumbra 
en la que erizas mi piel 
y me besas 
con la sal en tu sed,
y yo me siento mujer 
porque tú eres el hombre 
que esclaviza mi piel 
cada poro que acaricias 
en la que soy 
la dueña de tu ser,
 
sin que necesites 
de más medidas 
ni manos que querer
que te atrapen en tu cuerpo 
en tu sexo y en mi sed 
que gime en el silencio 
sin yo tu alma querer,

sólo quiero 
que a mí me adores 
que me entregues 
lo que a Dios le escondes 
que sin mí no sepas 
que hacer,

y sólo para que no llores 
no tengas miedo 
de tu alma perder
será mi cielo 
el que te toque 
te hará por mí morir,

sea lujuria o no 
no querrás negarte a mí 
sino a Dios 
al que nunca 
alcanzarás 
a ver.

Oscura paloma

 Oscura paloma dulce y mariposa qué siento en tus ojos que no son verdes son  como la pupila serena en la noche dilatada de sueños de versos...