Ven mis ojos
la tempestad del mar
las olas contra las rocas
el rugido del viento
al soplar,
grito con un libro abierto
en el que cuentas
tu beldad,
mas
el horizonte no se hiere
solo me oigo a mi mismo
y a su imponente crueldad,
son las aguas
que un día te llevarán
tus cenizas serán esparcidas
se extenderán por todo el mar,
mas
no puedo mirar de frente
ni puedo mirar atrás
quiero morir aquí mismo
para entregarte mi soledad,
me dejo caer al vacío
las gaviotas ven el lugar
en el que mi cuerpo
queda esparcido
espero que se lo lleve
el mar.
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